Maridajes con embutidos: vinos tintos con jamón y chorizo
Introducción
El maridaje de vinos con alimentos es un arte que consiste en encontrar la combinación perfecta de sabores, texturas y aromas. Esto se logra seleccionando el vino adecuado para cada plato, teniendo en cuenta su intensidad, cuerpo y sabor. En este artículo hablaré sobre los maridajes con embutidos, específicamente vinos tintos con jamón y chorizo.
Jamón
El jamón es un producto noble, con una gran variedad de aromas y sabores. Por lo general, se elabora con la pierna trasera de un cerdo, se sala y se cuelga para su curación. Dependiendo del tipo de jamón, la curación puede durar de semanas a años.
Existen varios tipos de jamón, desde el jamón serrano, el jamón ibérico, el jamón de York y el jamón de Parma. Cada uno tiene su propia personalidad, por lo que es importante seleccionar el vino adecuado para cada tipo de jamón.
El jamón serrano es un jamón curado que se elabora en España. Es un jamón salado, con un sabor intenso y una textura suave. Para hacer un buen maridaje con jamón serrano se recomienda un vino tinto joven, fresco y afrutado, como un Tempranillo o un Garnacha.
Por otro lado, el jamón ibérico es uno de los jamones más gourmet que existen. Viene de cerdos alimentados con bellotas en las dehesas de España y Portugal. Tiene una textura más grasa y untuosa que el jamón serrano, con un sabor más intenso y complejo. Para maridar con jamón ibérico se recomiendan vinos tintos con más cuerpo y estructura, como un Rioja, un Ribera del Duero o un Priorat.
Chorizo
El chorizo es un embutido muy popular, elaborado con carne de cerdo picada y especias. Tiene un sabor fuerte y picante, con una textura suave y grasosa. Es un embutido versátil que se puede utilizar en muchos platos, desde ensaladas hasta guisos.
Para maridar con chorizo se recomienda un vino tinto con cuerpo, pero con un sabor suave y equilibrado. Los vinos tintos de crianza suelen ser una buena elección, ya que tienen más cuerpo que los vinos jóvenes, pero siguen siendo suaves en su sabor. Un buen ejemplo sería un vino de Rioja o un vino de Navarra.
Maridaje con otros embutidos
Además del jamón y el chorizo, existen otros embutidos que también se pueden maridar con vinos tintos. Por ejemplo, el salami o la mortadela. El salami es un embutido picante y grasoso, que se elabora con una mezcla única de especias. Un vino tinto con poco cuerpo, como un Merlot o un Syrah, puede equilibrar el sabor intenso del salami.
Por otro lado, la mortadela es un embutido suave y dulce, con un sabor intenso pero equilibrado. Un vino tinto joven y frutal, como un Beaujolais o un Pinot Noir, puede ser una buena elección para maridar con mortadela.
Conclusión
El maridaje de vinos con embutidos es una forma divertida y sabrosa de experimentar con diferentes sabores y aromas. Es importante tener en cuenta el tipo de embutido que se quiere maridar, para seleccionar el vino adecuado. Ya sea un jamón serrano, un jamón ibérico o un chorizo, siempre hay un vino tinto que complementará su sabor de manera perfecta. Con un poco de práctica y experiencia, cualquier amante de la comida y el vino puede convertirse en un experto en maridajes.